Habitable soledad sin prisa.
La primavera es una estrella
de luz impar que a veces amanece en mis sábanas
y, aunque llegue el invierno,
florecen en mi almohada
margaritas blancas.
Donde el corazón es un viento cálido,
crece el amor a ráfagas
de mi mirada atónita …
y mis brazos, anunciando intimidad,
se vuelven ligeros como alas de gorrión
o nube pasajera.
Poema de Marta Molina Naranjo dedicado a esta pintura